domingo, 15 de mayo de 2011

Continuación 1 de Literatura folclórica

A continuación voy a pasar a tratar los tres géneros de la literatura enfocados a lo folclórico.
TEATRO
Al igual que en la literatura de autor, el teatro tiene dos partes. Una es el texto dramático del cual no existen escritos ya que como he dicho una de las características de los cuentos folclóricos es que van de boca en boca y la manera de transmitirlo es contando la historia.
La segunda parte es la representación. Solían ser religiosos o eróticos. Había unos señores llamados los Cómicos de la Legua que iban en carros de la época haciendo representaciones cortas para el pueblo. Estos tenían unas obras muy cortas para los niños: Los títeres de cachiporra, representados con marionetas de mano. El argumento de estas representaciones era siempre el mismo. Un personaje que quiere mucho a otro, llega uno malo y se lleva al bueno. Se les solía preguntar a los niños que donde se habían llevado al bueno.
Esto es lo único que podemos hablar de teatro, pero me hace ilusión saber que los títeres de cachiporra, son originarios de otra época diferente, porque pensé que eso era de hace poco. Ay… ¡qué ignorancia! Es alucinante ver a los niños como se quedan cuando ven este tipo de representaciones.
POESÍA
También hay poca poesía porque no se iba recitando por el pueblo. Siempre estaba unida a la música, normalmente amorosa, y al juego. Solían ser para adultos, religiosas o para niños. Es aquí en la poesía donde hay más manifestaciones para los niños, pero hay que recordar que la literatura folclórica es para adultos.
Es muy importante saber que no es lo mismo la poesía tradicional que la popular. La primera no tiene autor, es la folclórica y la segunda si tiene autor. Lo que ocurre con esta última es que nos confundimos porque se han popularizado tanto que no nos fijamos en quien es el autor.
Alucine cuando vi la clasificación de Pedro Cerriyo, que fue quien más se interesó por este tema. Por un momento es como si estuviese en mi infancia recordando todas las canciones que cantábamos de pequeñas y los juegos de manos que hacíamos. Aquí va su clasificación:

Algunos de los ejemplos que recordamos en clase fueron:
-          Sorteos: “pinto, pinto, gorgorito…”
-          Disparates: “esto era un gato con los orejas de trapo y el culo al revés…”
-          Burlas: “quien se fue a Sevilla perdió su silla”
-          Prendas: “Antón pirulero…”
La clasificación de juegos y romas de movimiento y acción suelen ser para juegos de manos y para los bebés.
Todo tiene un porqué y un origen y para mí era impensable saber cuál era el origen de las canciones y juegos que hacía cuando era pequeña.
PROSA
De este género es de lo que más hay. Desde siempre no ha interesado a los críticos porque consideraban que no tenía calidad al ser del pueblo y gente inculta. Por ello no lo analizaban, ni siquiera la conocían.
Te paras a pensar y se lleva haciendo toda la vida lo mismo, “lo que hace la gente del pueblo, de clase media, no sirve”. Parece que tienes que ser una persona cultísima en la vida para hacer algo y que te reconozcan desde el primer momento, pues quien lo piense así, está muy equivocado.
Si supiesen los críticos, que no quisieron analizar los cuentos, la riqueza que han tenido y tienen hoy en día la literatura folclórica, ¡otro gallo cantaría!
El porqué se usó este tipo cuetos para los niños a pesar de ser para adultos, tiene una explicación. Hasta los años 90 no hubo ningún tipo de literatura infantil y con la Ley del 70 se reconoce la etapa preescolar sin currículo. Las maestras hasta entonces no tenían niños menores de 6 años asique pensaron que la literatura también la podrían trabajar con los menores de 6. Como no había cuentos para ellos, utilizaron como herramienta los folclóricos porque se podían adaptar, tenían personajes planos, las historias eran aparentemente sencillas y en la mitad del siglo XX una de las grandes factorías, Walt Disney, se interesó por lo folclórico e hizo un cortometraje (Los tres cerditos) para luego sacar un largometraje (Blancanieves). Después hizo algún guion cinematográfico, pero estas eran las causas por las que se contaban estos cuentos a los niños.
Aunque los cuentos no fuesen para los niños, lo positivo que deduzco es que por lo menos las maestras se interesaron por la etapa preescolar e intentaron transmitir un poquito de literatura. Es lógico que si no tenían ningún recurso, acudieran a lo que ellas creían que era más fácil para los niños.
Por fin a partir del siglo XX, el primer crítico que se interesó y se preocupo por analizar los textos folclóricos fue Vladimir Propp. Hizo una  tesis doctoral sobre todas las estructuras posibles que sustentan los cuentos folclóricos de su cultura, la rusa. Recogió cuentos contados por la gente y consiguió mucha cantidad. Era casi imposible hacer la tesis, asique dividió los cuentos en cuatro tipos:
1.      Mitos
Son historias de origen religioso cuyas religiones ya han desaparecido. Con los mitos se explicaban los fenómenos naturales, sociales o psicológicos a la gente del pueblo utilizando dioses y hadas. Por ejemplo el mito de Cupido y Psique, en el que se explica que es difícil que la pasión y la razón convivan.
Es curioso que hoy día también se sigue haciendo, aunque de una manera más “ligth”, con la religión, para así o explicar algo o tranquilizar a mucha gente.
2.      Animales
La característica principal de estos cuentos es que todos los personajes tienen que ser animales, por ejemplo en Los siete cabritillos. A su vez este tipo de divide en dos más:
§  Cuentos de animales propiamente dichos: los animales representan a personas (Los siete cabritillos) y no tienen moraleja pero sí enseñanzas.
§  Fábulas: los animales representan vicios y virtudes humanas, arquetipos. (La cigarra y la hormiga), si tienen moraleja. Esopo fue el primer fabulista que los fue escuchando de tradición oral.
Es importante saber que las fábulas no son para niños porque es obvio que no van a entender los vicios y virtudes humanas, ya tendrán tiempo para pararse a pensar en ello. Asique porque el libro tenga dibujitos muy monos, no quiere decir que sea para los niños.
3.      Fórmulas
Todo el cuento o parte del cuento hay que aprendérselo de memoria porque si no, no es lo mismo. También se llaman cuentos mínimos. Un cuento de fórmula sería el de la Ratita Presumida “Ratita, ratita linda, ¿te quieres casar conmigo?” esta parte se repite en todo el cuento. Para que les guste a los niños hay que contarlo siempre igual. Es increíble cómo se acuerdan de la parte de fórmula, aunque si lo piensas no queda más remedio porque no hacen más que repetir y repetir. Bueno mientras que sea para un buen fin como es el de disfrutar con los cuentos, está bien.
4.      Cuentos de hadas o maravillosos
Son aquellos en los que aparece un hombre mágico (duende, ogro…). También será maravilloso si los animales hablan y es un cuento de personas y viceversa.
Esta clasificación es la primera que se hizo en la historia. Fruto de todo esto escribió Morfología de los cuentos de hadas, que fue con lo que se quedó para su tesis.
Decir que todos los cuentos folclóricos siguen la estructura de Propp. Hubo dos autores más que también hicieron una clasificación. Por un lado Gianni Rodari, que separó los cuentos para trabajar con los niños diferentes objetivos:
1.      Cuentos de animales.
Animales salvajes, animales domésticos, relaciones entre hombre y animal, relaciones entre animales salvajes y domésticos. Serían la misma clasificación que la de Propp.
2.      Cuentos mágicos.
Historias de adversarios sobrenaturales,historias de parientes sobrenaturales o embrujados, empresas sobrehumanas, auxiliares sobrenaturales, objetos mágicos, historias de carácter religioso, cuentos de bodas. Esta clasificación correspondería mas o menos con los cuentos de hadas de Propp con el añadido de los mitos.
3.      Bromas y anécdotas.
Cuentos del tonto, cuentos del listo, cuentos con fórmula o estribillo. Son unos chistes pero alargados. Aquí se incluirían muchos de los cuentos de fórmula. Pueden servir para bromear con los niños.


Por otro lado Sara C. Bryant fue la primera mujer que se declaró como cuenta cuentos. Su clasificación está hecha por edades pero es orientativa.
De 3 a 5 años: historias rimadas, historias con fragmentos versificados, historias de animales personificados, cuentos burlescos, cuentos de hadas.
De 5 a 7 años: folklore (leyendas locales), cuentos de hadas y cuentos burlescos, fábulas, leyendas, narraciones de historia natural.
Para mayores: folklore, fábulas, mitos y alegorías, parábolas de la naturaleza, narraciones históricas, historias reales, narraciones humorísticas.
(CONTINUACIÓN EN OTRA ENTRADA)

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