domingo, 6 de marzo de 2011

Introducción (corrección)

Para tomar contacto con la asignatura, empezamos definiendo por nuestra cuenta lo que significaba Literatura Infantil. La verdad es que no me acerqué mucho al significado que se le da a dicho concepto, ya que tenía confusiones sobre lo que es Hª de la Literatura, Teoría de la Literatura y Literatura. ¡Por fin me ha quedado claro! Literatura es un uso concreto de la lengua que puede ser oral y escrita, su objetivo no es enseñar, es una entidad... Literatura es "EL ARTE DE LA PALABRA", siendo anteriormente "el arte de la palabra escrita". Me parece importante este cambio que se le da a lo que es literatura al suprimir "escrita", porque antiguamente mucho de lo que se transmitía era oral y no tenía porque dejar de cobrar importancia.
Al decir que es un arte, nos referimos a que esté enfocado a provocar una reacción de cualquier tipo en el espectador utilizando las funciones expresiva y poética. Ambas tienen que darse para considerarse literatura. La persona que escribe, tiene una intencionalidad artística.
Otra de las características importantes para que se considere literatura, es que tiene que ser ficción, otro concepto que tenía confuso pero ahora resuelto. Parece, o por lo menos a mí, que todo lo que haya por escrito u oral tiene que ser literatura, (quizá sea por cómo nos hicieron aprenderlo cuando éramos niños) ¡pero no...! Existe paraliteratura (para- al lado de), subliteratura (sub- por debajo de), literatura y Best Seller (intencionalidad comercial). Esta última fue el nombre que le dio Umberto Eco considerando que subliteratura era un término peyorativo.
Después de saber y darle vueltas a qué es literatura, pasamos a definir el propio nombre de la asignatura: Literatura Infantil, un buen comienzo para saber de qué íbamos a hablar teniendo en cuenta los conocimientos previos sobre literatura de la E.S.O, pocos...
Al añadir infantil, éste se convierte en un adjetivo de literatura, pasando a ser una literatura para un público concreto de 0 a 14 años aproximadamente. Otro dato curioso, al decir infantil, siempre pensaba en un público de 0 a 6 pero por una vez más... ¡me confundí! Esto sí que me sorprende porque para nada pensé que abarcaría una palabra como infantil (en literatura) hasta los 14 años siendo utilizada normalmente para una etapa hasta los 6 años.
Es cierto que me ayudó mucho a comprenderlo los típicos libros de la infancia: "El barco de vapor", que recuerdos...
La literatura infantil se puede considerar de género porque gira alrededor de una temática y el receptor está implícito, es decir, cuando el escritor escribe (obvio...) piensa en un receptor concreto.
También la LI refleja los momentos evolutivos por los que pasan los niños, un dato interesantísimo para fijarnos más en los cuentos que se les lee a los niños porque a lo mejor les aburren soberanamente o no los entienden porque no corresponden con su desarrollo evolutivo. Hemos dado un gran paso ya que hasta finales del siglo XVIII, la literatura infantil era inexistente porque se pensaba que los niños no tenían ni siquiera inteligencia como para dirigirse a ellos siendo receptores implícitos de la literatura. Lo único que escuchaban era a juglares en las plazas de los pueblos, donde podías encontrar desde un niño a un anciano.
Afortunadamente fuimos evolucionando y a partir de Julio Verne podemos hablar de literatura infantil-juvenil a partir de los 7 años.
Me consuela que estemos en una época en la que hay mucha (o eso creo y veré a lo largo de la asignatura) literatura infantil considerada desde mi punto de vista muy importante al ser una etapa imprescindible para un buen desarrollo donde los niños son "esponjas", aparte de que disfrutan mucho con los libros y cuentos.

viernes, 4 de marzo de 2011

El Bibliobús

Después de leer el artículo “El Bibliobús: nuestra biblioteca de aula” me ha parecido una experiencia muy interesante de animación a la lectura porque no es tan común como un rincón de lectura o biblioteca en el aula. De esta manera los niños van a conocer que los libros y cuentos no sólo están dentro de un aula, sino que viajan por las calles y los podemos encontrar en muchos lugares.
Además según dice el artículo, la presencia del Bibliobús dispone de una serie de ventajas como por ejemplo que el gasto en libros es nulo, disponen de cuentacuentos y proporciona libros que tratan sobre la Unidad Didáctica que se esté llevando a cabo.
De todas estas ventajas, las más interesantes son la disponibilidad de un cuentacuentos y que tengan a su disposición libros que estén relacionados con la Unidad Didáctica porque será una manera de asentar conocimientos en los niños sobre lo que se haya estado trabajando y además se darán cuenta de que lo que se va aprendiendo día a día no está aislado de nada, sino que se relaciona con muchas cosas que les rodean. Así dicen las maestras que cuentan esta experiencia: “Los alumnos a través de los cuentos van a poner en práctica todas esas habilidades que están aprendiendo o ya dominan y que son fundamentales para enfrentarse al aprendizaje de la lectura y de la escritura; habilidades que trabajamos y desarrollamos en cualquier Unidad Didáctica”.
Es muy interesante que también dramaticen las historias de los cuentos. De esta manera tomarán contacto con el teatro trabajando la expresión corporal y descubriendo que es una vía de comunicación y expresión. Además tendrán que “ponerse en la piel” de los personajes de la historia empatizando con ellos. Así se irá desarrollando más la creatividad y la imaginación junto con las pinturas que realicen sobre el cuento expresando las situaciones que más les hayan impresionado. Es importante la hora del dibujo porque cada uno plasmará como ha vivido la historia siendo totalmente libres en su expresión plástica.
Hay tres momentos fundamentales para realizar todas las actividades. Quiero destacar uno de ellos, los momentos libres. No hay que saturar a los niños con el Bibliobús aunque la experiencia sea de o más interesante porque también necesitarán momentos libres para estar disfrutando consigo mismos y su cuento o con los demás y los otros cuentos.
Se debería tomar conciencia de esta experiencia porque uno de los objetivos que se proponen es que los niños se interesen por los cuentos. Para ello hay que crear un ambiente de motivación a la lectura como hace esta escuela a través de las actividades.
Si se quiere que el niño se interese por la lectura, el maestro también tiene que estarlo y crear las condiciones necesarias.

El nacimiento del lector. I

Como bien dice Francesco Tonucci en su artículo “El nacimiento del lector”, el problema que existe hoy día es que a la mayoría de los niños no les gusta leer y por lo tanto no leen. Si se supone que donde se enseña a leer es en la escuela, ¿qué está pasando?, ¿qué error se está cometiendo?
La lectura debería enseñarse de una manera más natural, porque se ha convertido en una imposición. Si no lees bien con “un año” mal vamos… Pero ¡por favor!, ¿en qué estamos pensando? De esta manera, es lógico que a la mayoría de los niños no les guste leer. El problema es que se va extendiendo hasta que uno va siendo adulto, posiblemente porque en la infancia ya se les está pidiendo que aprendan a leer cuando su desarrollo cognitivo aún no se lo permite.
Como dice Tonucci, la escuela siempre pide que se lea en voz alta dando a entender que la lectura mental no sirve para nada, cuando también hay que darle importancia porque aparte de que te lleva a una mejora de la comprensión del texto, te hace disfrutar contigo mismo involucrándote e imaginándote las historias de un libro, un cuento, una poesía… ¡te envuelve! No sólo la lectura sirve para imaginar, también para comprender y conocer el pasado, presente y futuro a través de la cantidad de escritos que nos rodean.
Otro error que se podría destacar en la escuela es el libro de texto. Todos los niños siempre leen lo mismo y además tienen que seguir el ritmo de los demás. ¿Por qué se hace esto? Si la lectura es algo tan personal, no a todos nos gusta lo mismo, ¿por qué no se deja en la escuela elegir lo que cada uno quiera y se obliga a leer lo mismo? Si es cierto que la escuela tiene que asentar unas bases para que el niño poco a poco se vaya desenvolviendo por sí mismo en la lectura, pero insisto, unas bases y una ayuda.
El niño tiene que descubrir que la lectura es un milagro, según expone el texto. Siendo pequeños, pueden contar una historia y el maestro o maestra escribirla. Es asombroso que algo que han contando se quede plasmado en un papel y puedan llevarlo a casa para que lo vean las familias. Así poco a poco los más pequeños se irán interesando por la lectura de una manera natural porque comprenderán que es un medio de comunicación más y un medio de expresión.
Para que el niño vaya descubriendo por sí mismo la lectura, será conveniente la existencia en las aulas una biblioteca de aula desde infantil. Esta biblioteca de clase dará paso a la biblioteca de la escuela o del centro y después a una biblioteca pública. Otra experiencia interesante si no se dispone de bibliotecas, es el bibliobús.
Lo más importante es que los niños lean libros porque tengan gusto de hacerlo, sin objetivos ni presiones del exterior.