viernes, 15 de abril de 2011

Reflexión final

Lo primero que debo decir de este bloque es que de momento es el que más me ha sorprendido en cuanto a su utilidad para mi futuro como maestra. En un principio pensé que me iba a aburrir cuando vi: taller de verso y de prosa. Y, ¿por qué?, pues por lo de siempre, en el colegio nos hicieron ver que el verso es un aburrimiento y además te “obligan” a escribir una poesía utilizando figuras literarias de las cuales no tenías casi ni idea, y lo que es peor ¡en un determinado límite de tiempo! Pero… vamos a ver, ¿estamos locos? Me hubiera gustado ver a algunos profesores ponerse a hacer una poesía en esas condiciones.
Con lo cual la conclusión que sacaba en mis tiempos, era que la poesía es un coñazo, tanto crearla como leerla, porque esa es otra cuestión muy graciosa. Tenías que leer y analizar, ¡toma ya! Sin dejarte que disfrutases de ella.
Como dijimos en clase, muchas canciones llevan consigo figuras literarias y nos gustas, es más, nos identificamos con algunas y además te hacen disfrutar. Entonces, ¿dónde está el problema?, pues es obvio, en el cómo enseñar.
Tanto es así que mi perspectiva de cómo veía la poesía ha cambiado hasta tal punto que me parece muy divertido crearla, y mucho más para los niños porque se les puede plantear como un juego.
No tan sorprendente, pero algo sí, me ha pasado con la prosa. Posiblemente porque te hacían inventar historias y te veías más libre para poder imaginar y ser creativo, pero aún así tampoco convencía mucho porque en el fondo sí estabas sujeto a una serie de pautas como por ejemplo la estructura, la básica.
Con lo cual me ha servido de mucho poder conocer el taller de prosa porque hay maneras chulísimas de inventar historias sin necesidad de que sean o muy largas o muy cortas, porque también te limitaban el espacio, con lo cual no podías dar rienda suelta a tu creatividad, y como dijo Gianni Rodari, no hay que dejar que la educación frene la creatividad.
En definitiva, lo que me llevo de este bloque es todo positivo porque me va a servir mucho para poder acercar a los niños a la literatura de una manea lúdica y práctica, además de muy divertida y bonita porque los niños crean cosas preciosas.

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