Después de terminar la introducción al tema, comenzamos con una breve diferenciación de lo que son los textos de autor y los álbumes de imágenes. Yo pensaba: “texto de autor… pues ¡qué va a ser! Un escrito plasmado en un papel; álbumes de imágenes… pues muchas imágenes juntas como un álbum de fotos”. Pero… no es así del todo. Si es cierto que los textos de autor son textos escritos, pero con la característica que da igual que sean anónimos y que tienen copyright. No sirve que alguien me cuente un cuento y yo lo escriba porque no sería de mi autoría. En cuanto a los álbumes de imágenes, surgieron más o menos en los años 90 para los prelectores (0-6 años) ya que como no saben leer necesitan un apoyo visual para poder comprender la historia. En España las dos editoriales que lo introdujeron son Kalandraka y Kókinos. En realidad te pones a pensar y no hace tanto que surgió esta gran herramienta, pero ¡más vale tarde que nunca!
La característica principal de estos álbumes es que tienen un componente artístico: el texto y las imágenes. Éstas no son estereotipadas, es decir, no son las típicas. Está bien que haya un fin artístico en las imágenes para que poco a poco los niños vayan captando el arte y no siempre vean lo típico aunque a veces sea necesario para explicar determinadas cosas. Es igual que a los adultos, que también nos gusta ver de vez en cuando imágenes chulas y no las de siempre. Del componente artístico del texto, no hay mucho que decir ya que es el objetivo fundamental de la literatura infantil.
Las imágenes pueden ir acompañadas de texto o no, pero lo que interesa es que el niño sepa entender la historia sin la ayuda del adulto aunque las primeras veces, sobre todo para niños menores de cinco años, el adulto tenga que leer la historia para que el niño luego sepa “leerlo” él solo. Más o menos con cinco años saben seguir la secuencia de imágenes que normalmente cuenta una historia y no necesitan apoyo adulto. Me parece fantástica esta idea porque al igual que a los adultos les gusta leer a su aire, en su intimidad y sin depender de nadie, a los niños también, pero esto no quiere decir que el adulto no interactúe con el niño. Ni que no haya libros para niños prelectores ni que necesiten si o si la ayuda del otro, ni un extremo ni el otro. Si una de las áreas del currículo de infantil es la autonomía, que mejor manera de fomentarla que creando libros para ellos para poder disfrutar consigo mismo y con los demás. Resalto DISFRUTAR Y DIVERTIRSE porque es otro gran paso en la literatura infantil, ya que anterior a esto era meramente didáctica como en los libros que comenzó a hacer Saturnino Calleja, que además de ser didácticos, también eran educativos y moralizantes para que los niños escarmentasen. A pesar de esto, lo positivo es que acercaba a los niños a la lectura ya que al ser pequeños y baratos, ellos los coleccionaban. Estos libros se pusieron de moda a finales del siglo XIX y en la primera mitad del XX.
Según la ambientación elegida por Calleja, hay dos tipos de cuentos, los que se ambientaban en un pasado remoto simulando ser cuentos folclóricos y los que se ambientaban en una época donde aparentemente eran niños reales, eran personajes planos que además de no evolucionar, sólo poseen un par de características: belleza, bondad, etc...
Este tipo de personajes lo “rompió” Elena Fortún a principios de los años 30 con “Celia”, la protagonista es un personaje real, lo que se llama personaje con psicología, que evolucionan. El primer libro fue “Celia y sus amigas” (1928) y es el primer personaje que va creciendo a la vez que crece el público que lee estas novelas. Como empezó a gustar a los chicos, Elene se invento un personaje masculino que sería el hermano de Celia, Cuchifritín. Es muy importante que se produjese este cambio en la literatura infantil para que los niños realmente disfrutasen al leer identificándose en su totalidad con los personajes. El último libro fue “Celia la revolución”.
Otros de los autores que también hizo este tipo de literatura son Salvador Bartolozzi y Gregorio Martínez Sierra. Este último era el director del Teatro Eslava y aquí se hacían representaciones para niños como lo hico Salvador con “Pinocho y Chapete” y “Pipo y Pipa”, que se publicarían más tarde en libros.
Consuela saber que poco a poco se iba teniendo más en cuenta a los niños y no se les veía como a seres pequeños que no saben nada. Esto también se refleja en los seriales radiofónicos, que poco a poco se fueron publicando para los niños. Los más famosos son: “Matilde, Perico y Periquín”, “La Tomasica y el mago” y “Antoñita la fantástica”. Siempre me he preguntado que de donde vendría eso de Antoñita la fantástica, ¡y fíjate! lo he aprendido en una asignatura de la universidad, quien me lo iba a decir… Al igual que “Marcelino pan y vino”, de José María Sánchez Silva que ganó el primer premio nacional de literatura infantil, que se suele decir mucho y nunca he sabido que era. Bueno siguiendo con el tema, los primeros libros ilustrados completamente en color en España fueron los de “Mari Pepa” de Emilia Cotarello, muy interesante para poder motivar mejor a los niños. podemos decir que este libro es uno de los antecedentes de los álbumes de imágenes.
El primer libro para niños prelectores fue “Babar”.
Como los tiempos van cambiando, los tres géneros de la literatura también (siglo XX). En cuanto al teatro, es obvio o por lo menos a mi me lo parece, que no hay libros para niños de infantil porque no entienden la estructura ya que son indicaciones para representar, pero esto no quiere decir que no haya representaciones teatrales para niños y libros dramáticos destinados a un público infantil pero que son para el adulto sirviéndole de guía.
El segundo género al que voy a hacer referencia y que es uno de los que más me ha sorprendido es la poesía infantil. Antes de nada, saber que hay tres aspectos por los que se define la poesía: el primero que su estructura es en verso, el segundo que expresa sentimientos y el tercero que tiene mayor grado de función poética, marcado por las figuras literarias. Me contenta pensar que más o menos estos aspectos los sabía, con lo cual de algo me sirvió el día que me lo explicaron en el colegio, aunque no debieron hacerlo tan bien cuando yo pensé que otra de las características es que tiene que tener rima, pues…¡resulta que no! Me he llevado una gran sorpresa con eso, al igual que con el ritmo, pensé que era lo mismo que la rima pero ¡tampoco! es más, menos mal que lo he entendido porque aunque no sea una característica de la poesía, es muy importante para los niños porque así es más fácil al tener una especie de “musiquilla”.
Gloria Fuertes |
Me hizo mucha ilusión saber que la heroína de la poesía infantil es Gloria Fuertes porque cuando era pequeña la leía y recuerdo que me gustaba un montón, con lo cual deduzco que el cambio que dio a la poesía de la época fue muy positivo porque si no me hubiese llegado tanto, posiblemente no me acordaría de nada ni me haría tanta ilusión haberla oído en clase. La verdad que menos mal que se dio cuenta de que los temas de la poesía infantil (aproximadamente hasta los años 70), el niño y su madre, épica, conceptos, religioso, animales, flores y plantas, objetos domésticos y actitudes, no tenían nada que ver con los intereses del niño y comenzó a escribir en los años 50 a 90 una poesía pensando en el disfrute de los niños y que tenía como referente él Nonsense (absurdo). La forma que le dio a la poesía fue: rima fácil y sonora, ritmos marcados, juegos fonéticos, onomatopeyas, adjetivos sencillos y evocadores, juegos de palabras, brevedad, invenciones léxicas y simbolismo infantil. En cuanto al fondo se centró en: narración cercana, absurdo, fantasía, carácter lúdico, niños o animales personalizados, concreción y síntesis, personajes llamativos, experiencias reales y elementos mágicos. Como se observa fue Gloria Fuertes la que cambio totalmente el panorama en la poesía infantil y además hizo que los otros autores reflexionasen sobre este tema. Consuela saber que aunque durante muchos años no se pensaba casi en los niños, llega de repente una heroína que sí que lo hace.
El último y tercer género del que voy a hablar es la prosa. ¡Por fin los autores se empiezan a preocupar y a interesar por los niños y su psicología! Es más Mercedes Gómez publicó un libro en el que investiga sobre la evolución y las relaciones entre el niño protagonista y el niño lector. El primero no es un personaje plano, es simple y cercano, un héroe cotidiano y “real”; mientras que el segundo reconstruye la historia desde su circunstancia, es decir, se identifica con algún aspecto. Ambos tienen que tener una evolución paralela en cuanto a intereses, vocabulario, contexto y psicología. A simple vista parece fácil, pero todo autor de literatura infantil debe conocer los hitos evolutivos más importantes de la psicología infantil si realmente quiere hacer una buena literatura. Creo que para escribir sobre algo tienes que conocer aunque sea de modo general lo más importante del público al que vaya dirigido.
Otro de los temas importantes que hay que conocer en la prosa, son los valores positivos y negativos de los niños protagonistas, que no quiere decir que sean buenos o malos como se venía haciendo hasta los años 60. Si el protagonista se encuentra en los negativos, poco a poco acabará en los positivos, como ocurre en el libro “El punto” y si se encuentra en los positivos se queda ahí, como ocurre en el libro de “Amelia quiere un perro”. Me impresiona este aspecto de la prosa porque no lo tenía nada en cuenta y creo que es fundamental para que el niño lector se dé cuenta de que aunque estés en valores negativos (pasivo, descontento) siempre se es capaz de trasladarse a los positivos y ser feliz.
Para ir acabando con el tema, el punto más importante y práctico es saber analizar un libro infantil para saber si es adecuado para los niños. Hay que fijarse es aspectos como: receptor, a quién va ir dirigido el cuento y si se corresponde con la psicología del niño; emisor, el que transmite algo al niño es el protagonista con lo cual habrá que ver si se ajusta al momento evolutivo del niño lector; tema, si es adecuado y le interesa al niño; estructura, puede ser la básica (planteamiento, nudo y desenlace) o de nudo acumulativo. Esta última se usa mucho para infantil y se basa en la repetición de acciones donde se añaden personajes y acciones en el nudo, como ocurre con el libro “Amelia quiere un perro” y “El Gallo Kiriko”; espacio y tiempo, el espacio tiene que ser cercano, reconocible o indefinido. Entenderán el cuento mientras que no sea necesario conocer el contexto para ambientar la historia; ilustraciones, deben ser artísticas y no estereotipadas, además bien secuenciadas para que el niño pueda seguir la historia; lenguaje, tiene que hacer referencia al vocabulario (puede tener algunas palabras nuevas), frases (sencillas y cortas) y función expresiva y poética; valores y contravalores, como he dicho antes, aspectos positivos y negativos y que si pueden ser identificables para los niños.
Para terminar con el bloque, hicimos en clase una actividad práctica en la que analizamos el libro “Adivina cuanto te quiero” y en definitiva sacamos la conclusión de que no debe faltar en una biblioteca de aula porque se corresponde con todos los aspectos que tiene que tener un libro infantil.