Como bien dice Francesco Tonucci en su artículo “El nacimiento del lector”, el problema que existe hoy día es que a la mayoría de los niños no les gusta leer y por lo tanto no leen. Si se supone que donde se enseña a leer es en la escuela, ¿qué está pasando?, ¿qué error se está cometiendo?
La lectura debería enseñarse de una manera más natural, porque se ha convertido en una imposición. Si no lees bien con “un año” mal vamos… Pero ¡por favor!, ¿en qué estamos pensando? De esta manera, es lógico que a la mayoría de los niños no les guste leer. El problema es que se va extendiendo hasta que uno va siendo adulto, posiblemente porque en la infancia ya se les está pidiendo que aprendan a leer cuando su desarrollo cognitivo aún no se lo permite.
Como dice Tonucci, la escuela siempre pide que se lea en voz alta dando a entender que la lectura mental no sirve para nada, cuando también hay que darle importancia porque aparte de que te lleva a una mejora de la comprensión del texto, te hace disfrutar contigo mismo involucrándote e imaginándote las historias de un libro, un cuento, una poesía… ¡te envuelve! No sólo la lectura sirve para imaginar, también para comprender y conocer el pasado, presente y futuro a través de la cantidad de escritos que nos rodean.
Otro error que se podría destacar en la escuela es el libro de texto. Todos los niños siempre leen lo mismo y además tienen que seguir el ritmo de los demás. ¿Por qué se hace esto? Si la lectura es algo tan personal, no a todos nos gusta lo mismo, ¿por qué no se deja en la escuela elegir lo que cada uno quiera y se obliga a leer lo mismo? Si es cierto que la escuela tiene que asentar unas bases para que el niño poco a poco se vaya desenvolviendo por sí mismo en la lectura, pero insisto, unas bases y una ayuda.
El niño tiene que descubrir que la lectura es un milagro, según expone el texto. Siendo pequeños, pueden contar una historia y el maestro o maestra escribirla. Es asombroso que algo que han contando se quede plasmado en un papel y puedan llevarlo a casa para que lo vean las familias. Así poco a poco los más pequeños se irán interesando por la lectura de una manera natural porque comprenderán que es un medio de comunicación más y un medio de expresión.
Para que el niño vaya descubriendo por sí mismo la lectura, será conveniente la existencia en las aulas una biblioteca de aula desde infantil. Esta biblioteca de clase dará paso a la biblioteca de la escuela o del centro y después a una biblioteca pública. Otra experiencia interesante si no se dispone de bibliotecas, es el bibliobús.
Lo más importante es que los niños lean libros porque tengan gusto de hacerlo, sin objetivos ni presiones del exterior.
Perfecto.
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